El Inicio del Colegio Adventista de Talca se remonta a 1965, allí el anhelo de personas como: Omer Fonseca y esposa (pastor de la iglesia Adventista del séptimo día), junto a Nieves Mardones y Clara González (ambas miembros de Iglesia, empujaron la implementación de clases y cursos para los niños y niñas de la iglesia, contando con un solo curso y financiado por la Iglesia de Talca. Posteriormente en 1966 y ahora financiado por la Administración de la IASD, se amplió a dos cursos con 20 alumnos, con el objetivo de ir creciendo paulatinamente. En 1968 y debido a las exigencias ministeriales de educación sobre el funcionamiento y reconocimiento educacional, y el no poder cumplir con ellas, obligó a dar el cierre temporal al servicio escolar prestado. Existió un intento de reapertura entre los años 1973 y 1976, bajo el liderazgo de Omer Fonsec, pero este no tuvo el éxito esperado. El 8 de marzo de 1983 se vuelve a dar inicio a un tercer intento de dar clases de pre básica con solo 20 alumnos de kínder y 17 alumnos de pre kínder, siendo su educadora la Srta. Alejandra Villagrán, quien atendía ambas jornadas de clases. A partir de ese año el jardín fue creciendo paulatinamente en número de alumnos y crecimiento en demanda de cursos para llegar a 1994 en donde se abren las puertas a la educación básica, dirigida por la profesora Eliana Medina. El alto valor de las familias de los alumnos por el concepto de vida con principios basados en las sagradas escrituras, fortaleció y acrecentó el número de alumnos en el colegio. Ante ello, fue necesario acondicionar el lugar en el que habitualmente era la casa pastoral paralelo a la iglesia (7 oriente 1 norte), demoliendo la sala de jóvenes, cocina de Dorcas, sala cuna y baños para poder habilitar un patio. Durante el año 1995, se inició un estudio para construir el Colegio Adventista, con objetivo de satisfacer un viejo anhelo. Para que esta necesidad se pudiera concretar fue necesario evaluar la viabilidad y financiamiento del Proyecto Colegio. Se requirió de muchas reuniones de la junta escolar y de asambleas de iglesia, debido a que la Asociación Central de esa época, no contaba con recursos para abrir nuevos colegios lo que hacía imposible tener esperanza para iniciar la obra; Los presupuestos para financiar el proyecto eran aproximadamente cien millones de pesos.